Una chica esperaba regalar el mejor regalo que podria dar pero no tenia muy claro si la otra persona lo querria recivir o simplemente si ella seria capaz de darlo.
Se levanto temprano, mas de lo habitual, no habia dormido bien por culpa de los nervios.Era martes, su dia favorito de la semana y ese martes todavia era mas especial que cualquier otro martes del mes, ese dia cambiaria su vida. Se vistio lo mas guapa que pudo, se maquillo para ocultar las ojeras y se peino bien el pelo. Mientras se terminaba de preparar tocaron el portero, era él y eso la puso todavia mas nerviosa si eso era posible. Corriendo cogio el abrigo y la mochila, que se coloco inmediatamente en el hombro. Bajo las carreras a todo correr, por culpa de sus prisas se tropezo varias veces pero no la importo. Llegaba tarde, pero eso no era nada raro ya que por esa razon la venian a buscar un cuarto de hora antes. Al traspasar la primera puerta, la que comunicaba con el portal, le vio sentado en su lado de simpre, en la cuarta escalera empezando por abajo apollado en la parez. Solo estaba él, no habia rastro de su mejor amiga, la que cada mañana venia a buscarla con el chico que estaba sentado en las escaleras. Cuando llego a su lado no la salian las palabras, se habia quedado casi sin respiracion.
- Felicidades- le dijo y le dio dos besos.
- Gracias, ya pensaba que te habias olvidado.- le contesto el.
-No, nunca me olvidaria de tu cumpleaños.
Mientras iban para clase, como cada mañana se picaban mutuamente, ella se reia de los malos chistes que el contaba y el en cambio la miraba sonreir mientras el mismo sonreia. Ella penso "luego tendremos otra oportunidad de estar solos y hay si me atrevere a darle su regalo. "
Horas mas tarde, ya despues de comer sono el portero, era el ya era hora de volver al instituto para las clases de la tarde y ya era hora de dar el paso. Al bajar las escaleras verle sentado, no se atrevio de nuevo y ya no tendria otra oportunidad como esa. Tendria que ser otro dia.
Al final del dia, cada uno en su casa, se maldecian por haber sido tan cobardes. Ella por no haberle dado el beso, cual era el regalo, y el por no haberle robado ese beso que tanto deseaba.
Cada uno se maldecia a su manera, llevaban siendo mejores amigos dos años, a el ella le gusto unos meses despues de conocerla y ella encambio hacia tan solo unos pocos meses que se habia dado cuenta que le gustaba. Ninguno de los dos tenia muy claro los sentimientos del otro y eso les impedia dar ese paso que les haria a los dos felices.
Se levanto temprano, mas de lo habitual, no habia dormido bien por culpa de los nervios.Era martes, su dia favorito de la semana y ese martes todavia era mas especial que cualquier otro martes del mes, ese dia cambiaria su vida. Se vistio lo mas guapa que pudo, se maquillo para ocultar las ojeras y se peino bien el pelo. Mientras se terminaba de preparar tocaron el portero, era él y eso la puso todavia mas nerviosa si eso era posible. Corriendo cogio el abrigo y la mochila, que se coloco inmediatamente en el hombro. Bajo las carreras a todo correr, por culpa de sus prisas se tropezo varias veces pero no la importo. Llegaba tarde, pero eso no era nada raro ya que por esa razon la venian a buscar un cuarto de hora antes. Al traspasar la primera puerta, la que comunicaba con el portal, le vio sentado en su lado de simpre, en la cuarta escalera empezando por abajo apollado en la parez. Solo estaba él, no habia rastro de su mejor amiga, la que cada mañana venia a buscarla con el chico que estaba sentado en las escaleras. Cuando llego a su lado no la salian las palabras, se habia quedado casi sin respiracion.
- Felicidades- le dijo y le dio dos besos.
- Gracias, ya pensaba que te habias olvidado.- le contesto el.
-No, nunca me olvidaria de tu cumpleaños.
Mientras iban para clase, como cada mañana se picaban mutuamente, ella se reia de los malos chistes que el contaba y el en cambio la miraba sonreir mientras el mismo sonreia. Ella penso "luego tendremos otra oportunidad de estar solos y hay si me atrevere a darle su regalo. "
Horas mas tarde, ya despues de comer sono el portero, era el ya era hora de volver al instituto para las clases de la tarde y ya era hora de dar el paso. Al bajar las escaleras verle sentado, no se atrevio de nuevo y ya no tendria otra oportunidad como esa. Tendria que ser otro dia.
Al final del dia, cada uno en su casa, se maldecian por haber sido tan cobardes. Ella por no haberle dado el beso, cual era el regalo, y el por no haberle robado ese beso que tanto deseaba.
Cada uno se maldecia a su manera, llevaban siendo mejores amigos dos años, a el ella le gusto unos meses despues de conocerla y ella encambio hacia tan solo unos pocos meses que se habia dado cuenta que le gustaba. Ninguno de los dos tenia muy claro los sentimientos del otro y eso les impedia dar ese paso que les haria a los dos felices.